Mis Días Contigo
La Semana Santa de los últimos dos años ha sido, sin duda alguna, los mejores días de mi vida. Porque compartí días enteros junto a ti, porque dormíamos juntas, abrazadas, y amanecía a tu lado; porque te decía “mi amor” todo el tiempo y tú sonreías; porque con miradas me celabas y callabas dejándome la cabeza dando vueltas, pensando qué era lo que pasaba por la tuya.
Los días de los conciertos bajo la luna, con unas ganas descontroladas de tirarme encima de ti y besarte, tan feliz, tan tranquila, tan perfecto todo que lloré cada vez que te miraba alejarte, separarnos, tomar cada quién un camino distinto aceptando que nuestro destino sólo se une esos pocos días al año; y éste año, no sé si estar feliz o llorar, porque sé que llegará ese momento, tan amargo, tan triste, de decirte adiós, resignada a no verte de nuevo hasta dentro de mucho tiempo, resignada porque no hay nada más que podamos hacer, resignada a volver a la vida de siempre, donde te escondo de todos, donde me toca mentir, donde no estás porque no puedes, dónde las lágrimas me brotan sólo de recordar cuánto deseaba que esos días no acabaran.
Los días a tu lado, me quitan los miedos, me siento completa, capaz de enfrentarme a todos, por ti. Esos días mi amor, fueron los mejores hasta hoy. ¡Y cómo explicarte lo que siento? Me emociono recordando todo, cada sonrisa, cada mirada, cada momento, cada canción. Me emociono soñando con la posibilidad de repetirlo todo este año. Quiero amarte de nuevo este año, amarte cuando te abrazo, cuando te beso, cuando te agarro la mano, cuando te miro, cuando dormimos, quiero amarte cada segundo que compartamos juntas, quiero que sepas lo que me haces sentir, y quiero irme contigo al final de la semana, irme lejos a cualquier lugar agarrándote la mano, porque no quiero repetir la despedida de cada año, esa despedida me duele más que cualquier cosa, esa despedida significa abandonarte al futuro incierto, al destino que no sé cuándo nos juntará de nuevo, esa despedida la odio porque me hace tanto daño; es una mala jugada del destino cobrarse mi felicidad con un dolor tan grande.
Te amo, quiero vivir contigo, para no sentir jamás el dolor de alejarme de ti de nuevo, y vivir completa, tranquila, y dispuesta a todo, así como vivo esos días de Semana Santa a tu lado mi amor, tomándote de la mano, siendo feliz, sonriendo porque estás junto a mi.